Soy una persona cuidadora y soy hermana de quien ahora cuida de mis padres. Ella cuida de mi padre quien lleva 10 años postrado por un infarto cerebral y de mi mamá quien va perdiendo movilidad conforme envejece, pero no ha perdido el interés por lo que en México decimos “estar al pendiente” de sus hijos y nietos. Soy una persona realista cuando se trata de ver los gastos monetarios que implica cuidar a alguien y cuidar de mí en la Ciudad de México, donde los servicios públicos no ofrecen ni calidad, ni oportunidad, ni calidez. Decidí escribir sobre los cuidados durante la pandemia del COVID19 en la cual fallecieron algunos de mis amigos y ex colaboradores de la gestión pública, hombres acostumbrados a trabajar hasta 12 horas diarias en diversos puestos y causas, “con la camiseta bien puesta”. Muchos lazos de colaboración y amistad pasajera se rompieron durante la pandemia. Se fueron cuando los negocios empezaron a quebrar, los empleos bien pagados a escasear y tuv...
Escritos sobre cuidar en la ciudad.