No se cuida igual cuando los servicios como las escuelas públicas de educación básica están cerca de casa o de nuestro trabajo. No se cuida igual en donde basta caminar un par de kilómetros para encontrar un espacio verde, seguro, abierto para mirar el cielo y que invite a moverse. Un espacio en donde las personas, sin importar su militancia política, apariencia, clase social, edad o identidad de género puedan estar y sentirse seguras. Como personas cuidadoras, no cuidamos igual cuando la farmacia está a la vuelta de la esquina o tenemos la posibilidad de hacer pedidos a domicilio porque nuestra economía nos da para eso y nuestros conocimientos tecnológicos nos abren posibilidades para ahorrar tiempo. Ese tiempo ahorrado que, a su vez, nos dejará un espacio para el autocuidado. El autocuidado de la persona cuidadora es tan diverso como nuestra forma de ser y de habitar una ciudad como esta, la Ciudad de México en la que hay al menos 3 millones de personas que requieren cuida...
Escritos sobre cuidar en la ciudad.